"Escribe que algo queda", Kotepa Delgado

Monsanto podrá reclamar derechos por el aire que respiras

Monsanto podrá reclamar derechos por el aire que respiras

Los agricultores de soya y maíz en EEUU, duraznos y albaricoques en Chile, entre otros, afrontan el dilema de su dependencia tecnológica, y legal, de la transnacional de biotecnología y transgénicos. Este dilema es especialmente desconcertante para quienes han mantenido su independencia y se han abstenido de adquirir sus semillas, intentando cultivar especies nativas y/o naturales, pues nada impide su hibridación o cruce con aquellas manipuladas genéticamente y cuya propiedad y derechos son exclusividad de Monsanto. De hecho, varios agricultores estadounidenses han enfrentado litigios por haberse encontrado en sus cultivos variedades con genes patentados por esta corporación. No hay fuerzas especiales ni legislación aplicable que obligue a las abejas a polinizar sólo determinado tipo de plantas y flores.

Además de los genes marcados y de las semillas desarrolladas con una tecnología cuyo uso restrictivo impide su libre aprovechamiento, amparada por medidas legales y de coerción jurídica y policial, las plantas hacen algo más que reproducirse, crecer y dar frutos. Un producto secundario, pero no menos importante, es el oxígeno que se produce de la función clorofílica, es decir, la fotosíntesis. En la medida en que Monsanto va progresivamente sustituyendo los cultivos originales y naturales por los desarrollados con sus patentes genéticas, nada impide que, así como demandan a los agricultores que se "apropian" involuntariamente de "sus" genes, hagan lo propio con quienes respiren y se "aprovechen" del oxígeno del aire que producen las plantas criadas con "sus" semillas.

Las abejas son un buen indicador de los niveles de polución y para este fin son utilizadas como marcadores para determinar el grado de contaminación ambiental en las ciudades; pero, a nadie se le ocurriría montar un apiario en pleno centro de una ciudad como, por ejemplo, México, Nueva York, Caracas o Beijing. Desde hace algunos años se está registrando una disminución preocupante de las poblaciones de estos ápidos que no sólo producen miel, tienen además la importante función de fertilizar las plantas cuyos frutos y semillas permiten mantener la producción agrícola del mundo.

José CONFALOHIERE

Abeja polinizando una flor de durazno.

Monsanto podrá reclamar derechos por el aire que respiras
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