"Escribe que algo queda", Kotepa Delgado

Pajaritos, iguanas y palomas


La lucha hay que darla, pero hay que entender el mágico sortilegio que nos vincula al cosmos.
Se olvidan de la paloma blanca que tras un giro se posó aquella noche en el hombro de Fidel cuando pronunciaba el discurso en La Habana tras la victoria de la Revolución cubana; de la iguana irreverente que inesperadamente, frente a las cámaras y ante los ojos de todo el país y del mundo, caminó sobre el hombro del Comandante Chávez en aquel Aló Presidente que, fiel a su respeto y apego a los signos de la naturaleza, la dejó tranquila. Quienes no han tenido este tipo de experiencias ni la capacidad de observarlas ni valorarlas, siempre harán una burla; la estúpida, ciega, miserable y mezquina burla que desconoce las mágicas y misteriosas señales que se nos presentan y simbolizan los extraordinarios eventos que vivimos.
En su obcecada y torpe interpretación de la realidad venezolana y de la idiosincrasia de nuestro pueblo, que en su ingenua pero intuitiva sabiduría sí estima y reconoce la importancia de estas señales, la oposición y su patético y camaleónico candidato, han hecho una burla de la experiencia descrita por el compañero Nicolás Maduro del pajarito, de la pequeña ave que giró sobre su cabeza y que, en estos momentos tan especiales y cruciales, involucran en el juego político las energías espirituales y cósmicas, las fuerzas de la naturaleza y son las señales para el que sabe verlas y valorarlas.

¡¡Chávez vive, la lucha sigue!!
Nicolás Presidente



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