"Escribe que algo queda", Kotepa Delgado


Los cazadores de muchachitas
Aquiles Nazoa


Cuando una de estas jóvenes que interrumpen un día
su curso de "Inglés Básico" y mecanografía
para entrar en el mundo de los que "tienen modo"
con un joven decente que "compró carro y todo".

Cuando una de estas jóvenes, por haberse casado
con doctor, ya figura entre lo más granado,
lo primero que aprende es a hablar del suplicio
que es hoy día en Caracas la cuestión del servicio...

"Con lo pésimo —dicen— que está el servicio ahora,
nadie sabe el trabajo que pasa una señora.
La última que tuve fue una negra tuyera
y ¡ay, mijita!, te digo que aquello era una fiera.

Y eso que la poníamos a dormir en el baño
y le dábamos libres dos domingos al año.
¿Y sabes hasta dónde llegaba su osadía?
¡A pedir que le dieran tres comidas al día!"

"Es que esas son sirvientas maleadas por Caracas
—le responde la otra—. Yo en cambio de Tucacas
traje una que me dieron para que yo la eduque
y ésa me lo hace todo. —Pregúntaselo a Luque:

Lava, plancha, cocina, me le atiende al chiquito,
y eso sí, niña: ¡tiembla cuando le doy un grito!
Esa no mueve un dedo sin pedirme permiso
porque, caray, ¡le saco los ojos si es preciso!

Un sábado le dije: "Mire, cuando haya gente usted
no entre ni salga por la puerta del frente".
Como a los cuatro días me desobedeció
y, con visita y todo, supo quién era yo.

Le dejé esas costillas que —pregúntale a ella—
todavía le duelen cada vez que resuella.
Ella quisiera irse, pero ésa no se va...
¿No ve que allá en Tucacas la espera su papá?"...

Y así, cada domingo, cada fin de semana
sale de nuevos ricos la alegre caravana
a recorrer los campos buscando muchachitas
como quien busca lapas o picures o arditas.

Se pasan un gran día de monte, y al regreso
junto con el cochino, las cachapas y el queso,
se traen a una idiota marcada de viruelas
que se estrenó ese día sus primeras chinelas.

Y ya tiene otra misia quien le haga los mandados
y a quien matar a palos y a quien darle sobrados
y a quien pelarle el coco y a quien hacerle odioso
¡todo lo que en la vida pudiera ser hermoso!