Un animal acorralado (p.e. correcaminos “Radonski”) cunde en
la desesperación y suele cometer torpezas. Pero, el peligro no es
ese pobre animal sino sus creadores, y no los bocetistas de la burguesía y la
derecha criolla que le dieron forma, simples segundones de la política imperial
de los EEUU y de las grandes corporaciones detrás de la tramoya del escenario
político venezolano. Para Venezuela, su pueblo y su futuro así como para el
resto de América Latina y, sin exageración, para la Humanidad, estos son el
verdadero peligro. En su afán por controlar los recursos energéticos y las
materias primas del planeta para sus particulares, mezquinos y miserables
intereses no escatimarán cualquier escenario para justificar su rapiña.
Correcamino Radonsky, los títeres y fantoches que lo acompañan ya no
representan ninguna garantía para hacerse del poder como bien lo demostraron en
el golpe del 2002, en el paro petrolero y en el referendo revocatorio; frente a
una contundente derrota cualquier guarimba es posible. ¡¡Alerta!!