"Escribe que algo queda", Kotepa Delgado
Dos pájaros de un tiro

Hitler y sus pretensiones imperiales no se detuvieron ante las formalidades que le impusieron a Alemania los vergonzosos tratados de capitulación tras la derrota de la Primera Guerra Mundial, que buscaban introducir un incipiente ordenamiento jurídico internacional entre las naciones y la resolución de sus diferencias con la creación de la Liga o Sociedad de Naciones.

Las formas informan los contenidos y limitan o aprisionan las taras de crecimiento, y con sus corcés jurídicos imponen condiciones y restringen las veleidades hegemónicas y supranacionales. Pero, quien impone la paz sabe por dónde jalar la costura. Del abortado Tercer Reich y de la prematura ideología fascista que incuba en sus entrañas el capitalismo en su forma más acabada, surgió el engendro insaciable del imperialismo que lo devora todo sin medida ni control. El mundo musulmán representa un espacio geográfico importante no sólo por su extensión, ubicación y recursos energéticos, sino por el mercado cautivo necesario para oxigenar un estertóreo sistema capitalista agonizante. Aunque Siria es un enclave territorial intermedio necesario para consolidar una cabeza de playa en su expansión hacia el ámbito islámico, el objetivo central de todo este proceso de desestabilización y cambios políticos en el mundo árabe y semítico, es el aniquilamiento de Irán como potencia regional, con una clara posición política e ideológica frente al sionismo y a la supremacía estadounidense y europea.

La tenaza militar construida en torno a Irán -Pakistán y Afganistán por el este; Turkmenistán por el noreste, Azerbaiyán al noroeste; Turquía, Irak, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Qatar, Bahréin por el oeste, y Golfo Pérsico y el Golfo de Omán por el sur, todos enclaves de las fuerzas armadas de EEUU-, sólo vaticinan un hecho probable y cierto: el compromiso militar y político de Irán y Siria, de cuya existencia dependen mutuamente implica una obligación defensiva hacia la cual apunta toda la maquinaria bélica sionista, yanke y europea. China no está en capacidad de intervenir ni interferir; la posición de Rusia ha sido ambigua y complaciente. La justificación a priori no importa tanto como a posteriori; si en Irak no pudieron hallar armas de destrucción masiva, las armas químicas están sembradas con anticipación.

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